Los circuitos electrónicos basados en el silicio están llegando
a sus límites físicos, pero la nanotecnología está ya en condiciones de dar el siguiente
paso: los transistores, componentes fundamentales de los chips, pronto será
sustituidos por moléculas llamadas rotaxanos, que presentan las mismas
propiedades eléctricas. Los ordenadores moleculares pronto pueden ser una
realidad.
La tecnología que sirve para fabricar los chips de silicio
puede encontrar una nueva aplicación revolucionaria: la construcción de
artefactos mecánicos de tamaño no muy superior al de una molécula. Si las investigaciones
se concluyeran con éxito, en un futuro podríamos contar con nanorrobots capaces
de regular reacciones químicas, reparar defectos estructurales indetectables y
revolucionar el mundo de la biomedicina.
La ciencia actual avanza a pasos agigantados.
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