La producción de celulosa plantea serios problemas medioambientales. Para la mayor parte de las aplicaciones del papel se exige una mayor calidad, lo que implica un tratamiento químico para asegurar que las cadenas moleculares de celulosa no se rompan y para eliminar la lignina presente en la pasta de madera. Los métodos utilizados son muy agresivos con el medio ambiente porque consume mucha agua que se contamina con los productos utilizados en ese procedimiento. Las empresas papeleras son incapaces de garantizar la ausencia total de sustancias tan peligrosas como las dioxinas entre los residuos finales derivados del procesamiento de la celulosa. Las consecuencias de la explotación forestal son aterradoras: en menos de un siglo la superficie mundial de selva tropical se ha reducido a menos de la mitad. Si el ritmo de destrucción de la selva tropical se mantiene, en pocas décadas del cinturón verde ecuatorial que rodea al mundo, auténtica columna vertebral de la vida en nuestro planeta, habrá desaparecido.
2.1. Plantaciones forestales
El impacto medioambiental de las plantaciones es importante, ya que al ser monocultivos reducen la biodiversidad. El protocolo de Kioto incluye algunas cláusulas con el objetivo de regular las plantaciones forestales.
Las empresas productoras de celulosa están abusando de plantaciones de géneros de rápido crecimiento como el eucalipto y el pino. El caso del eucalipto es especialmente preocupante ya que se trata de un árbol de Oceanía que ofrece una madera de excelente calidad. Su introducción en un ecosistema ajeno provoca serias alteraciones.

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