viernes, 27 de abril de 2012

2. LA CELULOSA Y EL PROBLEMA DE LA DEFORESTACIÓN

La celulosa es un polímero formado por moléculas de glucosa, muy abundante en el reino vegetal ya que forma parte de la pared celular de las plantas. Aunque sirve de materia prima para productos como el nitrato de celulosa, el celuloide o diversos tipos de sedas artificiales, la industria papelera es con diferencia la principal demandante de celulosa. 
La producción de celulosa plantea serios problemas medioambientales. Para la mayor parte de las aplicaciones del papel se exige una mayor calidad, lo que implica un tratamiento químico para asegurar que las cadenas moleculares de celulosa no se rompan y para eliminar la lignina presente en la pasta de madera. Los métodos utilizados son muy agresivos con el medio ambiente porque consume mucha agua que se contamina con los productos utilizados en ese procedimiento. Las empresas papeleras son incapaces de garantizar la ausencia total de sustancias tan peligrosas como las dioxinas entre los residuos finales derivados del procesamiento de la celulosa. 
Por encima de la contaminación, el principal problema relacionado con la producción de la celulosa es la deforestación. Los bosques y las selvas constituyen la base del equilibrio ecológico de la Tierra. Los bosques ayudan a mantener un adecuado nivel de humedad atmosférica y constituyen grandes ecosistemas de cuya supervivencia depende buena parte de la biomasa mundial. Es difícil imaginar la vida sin la naturaleza, sobre la que tantos peligros se ciernen. Actividades como la industria de la madera y de la celulosa tienen a la larga un efecto devastador sobre la masa vegetal de nuestro planeta.  
Las consecuencias de la explotación forestal son aterradoras: en menos de un siglo la superficie mundial de selva tropical se ha reducido a menos de la mitad. Si el ritmo de destrucción de la selva tropical se mantiene, en pocas décadas del cinturón verde ecuatorial que rodea al mundo, auténtica columna vertebral de la vida en nuestro planeta, habrá desaparecido. 


2.1. Plantaciones forestales
La industria de la celulosa es una auténtica devoradora de madera. Algunas multinacionales que trabajan con esta materia prima, han sido acusadas de acabar con los bosques. Estas empresas se defiendan argumentando que han compensado las talas con reforestaciones y el impulso de plantaciones forestales. 
El impacto medioambiental de las plantaciones es importante, ya que al ser monocultivos reducen la biodiversidad. El protocolo de Kioto incluye algunas cláusulas con el objetivo de regular las plantaciones forestales. 
Las empresas productoras de celulosa están abusando de plantaciones de géneros de rápido crecimiento como el eucalipto y el pino. El caso del eucalipto es especialmente preocupante ya que se trata de un árbol de Oceanía que ofrece una madera de excelente calidad. Su introducción en un ecosistema ajeno provoca serias alteraciones. 

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